Una hoja en blanco, sin nada que decir,
O al menos, nada de lo que me pueda arrepentir
Miles son los pensamientos, que podrían en la orilla desembocar,
Miles son los trazos, los trozos, las historias que contar
Lo que me impulsa, lo que me ata, lo que sueño con soñar,
Lo que me tienta, lo que me mata, lo que no puedo alcanzar
Cuáles serían las palabras y cómo lo habría de expresar
Cuando el misterio del creador anónimo se rompe,
Qué más queda por contar
Cuáles serían las historias que querrías escuchar,
Si rostro tuvieran, si las pudieses palpar
La duda habita en cada rincón,
Compartiendo el espacio,
Con la semilla más fértil, de la creación
Los más vívidos colores, iluminan, atraen y causan temor,
Las voces claman, pero en susurros se oyen, sus deseos de dolor
No se comparte, lo que no te hace parte
No se debe pronunciar, aquello que no te hace brillar
Tus recuerdos te castigan, tus secretos te dominan,
Cuando abres la puerta, las ideas no se diseminan,
Confluyen ríos de niebla y las estrellas se contaminan
La piel expuesta, honesta y pulcra,
Con violencia, se ha de rasgar,
Se carcomen los cimientos,
Se deshacen, base y fundamento
De las torres más altas, caen danzantes, los velos de la libertad,
Se silencia el canto virtuoso, se constriñe el aire, que alimenta la voluntad.